El acercamiento entre Arabia Saudí e Irán podría traer estabilidad a Oriente Medio
Arabia Saudí e Irán, enfrentados desde hace años, podrían estar cerca de establecer relaciones formales. Recientemente, varios medios internacionales informaron sobre una supuesta reunión entre altos cargos iraníes y saudíes en Bagdad. Los Gobiernos de los dos países no informaron sobre el encuentro, que tendría como objetivo acercar posturas.
Las dos potencias de Oriente Medio cesaron sus relaciones diplomáticas en 2016, con episodios como aquel en el que Irán asaltó la Embajada saudí en Teherán. Desde entonces, los lazos entre las dos naciones se han ido tensando a causa de conflictos en la región, como la guerra de Yemen. Arabia Saudí ha acusado a Irán en numerosas ocasiones de apoyar a los rebeldes hutíes, milicias contra las que lucha la coalición liderada por Riad en el país.
Otro punto en el que ambos países están enfrentados es Siria. Teherán ha apoyado al Gobierno sirio, mientras intenta expandir su influencia en el país a través de milicias chiíes. Por el contrario, Arabia Saudí no mantiene una buena relación con Bachar al-Asad. Además, Riad fue uno de los propulsores de la expulsión de Siria de la Liga Árabe.
Arabia Saudí e Irán no solo luchan en el plano geopolítico de Oriente Medio, sino que también mantienen una rivalidad en el ámbito religioso. El reino saudí representa la rama suní del islam mientras que Irán es el mayor país musulmán chií, representando y apoyando a los grupos chiíes de la región.
La carrera nuclear iraní también ha despertado recelos en Riad. La reciente decisión de Teherán de comenzar a enriquecer su suministro de uranio al 60% de pureza podría haber sido el desencadenante para que estas dos naciones planteen un acercamiento.
Arabia Saudí da el primer paso
El príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman (MBS) expresó su deseo de rebajar las tensiones con Irán en una entrevista emitida hace unos días. “Irán es un país vecino. Lo único que pedimos es tener una relación buena y distinguida con Irán. No queremos que la situación con Irán sea difícil”, declaró Bin Salman, confirmando la posibilidad del acercamiento. MBS también aludió a la estabilidad y prosperidad de Oriente Medio, que se vería beneficiado por esta unión. “Tenemos intereses saudíes en Irán, y ellos tienen intereses iraníes en Arabia Saudí, que deben impulsar la prosperidad y el crecimiento en la región y el mundo entero”, añadió el heredero saudí.
Hace cuatro años, para el príncipe era impensable una aproximación con Irán. “Los puntos en común en los que podemos estar de acuerdo con este régimen son inexistentes”, aseguró MBS en una entrevista. Pero ¿qué ha cambiado en estos cuatro años para que el heredero saudí de su visto bueno a un acercamiento con Irán?
Desde que Estados Unidos abandonó el acuerdo nuclear, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha advertido en numerosas ocasiones que Irán no respeta el pacto. La OIEA anunció en 2020 que el país persa superaba por diez el límite establecido de reservas de uranio. Enriqueciendo actualmente uranio al 60% se aproxima al 90% necesario para producir una bomba atómica, según medios estatales iraníes. Puede que la amenaza nuclear que presenta Irán haya impulsado a Arabia Saudí a intentar acercarse Teherán.
La necesidad de buscar una solución para las extensas guerras que recorren Oriente Medio y en los que están involucrados directa o indirectamente estos países también puede ser uno de los motivos del posible acercamiento. Países como Siria, Yemen o Irak llevan años desangrándose, mientras que sus conflictos desestabilizan a otras naciones de la zona. Arabia Saudí y Estados Unidos, países aliados, se han reunido el pasado viernes para impulsar un proceso de paz y un alto el fuego en Yemen. “Las dos partes revisaron los esfuerzos conjuntos para alcanzar una solución política a la crisis yemení”, informó la agencia de noticias saudí SPA. También, en busca de un cese de violencia, Riad propuso una tregua a los rebeldes hutíes, relacionados con Irán.
Estas medidas arrojan esperanzas a Yemen, que sufre la mayor tragedia humanitaria del mundo según la ONU. El 80% de la población yemení necesita asistencia para cubrir sus necesidades básicas.
“Nuestro problema es el comportamiento negativo de Irán, desde su programa nuclear, hasta su apoyo a milicias proscritas en la región, o su lanzamiento de misiles balísticos”, declaró MBS. No obstante, el príncipe saudí transmitió su esperanza de “construir una relación buena y positiva con Irán que beneficie a todas las partes”.
Teherán ha recibido con satisfacción el cambio de tono de Arabia Saudí. “Con negociaciones y una perspectiva constructiva, los dos países importantes de la región y el mundo islámico pueden dejar atrás sus diferencias y entrar en una nueva fase de cooperación y tolerancia para traer estabilidad y paz en la región”, declaró Saeed Khatibzadeh, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní. Asimismo, Irán ha asegurado ser “un pionero en la cooperación regional”.
No obstante, la desconfianza y rivalidad entre ambas potencias sigue latente. Este sábado, Eshaq Jahangiri, vicepresidente iraní, acusó a Arabia Saudí y a Israel de filtrar una grabación del ministro de Exteriores. “Creo que hay una conspiración israelí-saudí detrás de la grabación”, aseguró el político. Dicha grabación estaría relacionada con las negociaciones de Viena. Esto demuestra la complejidad del proceso de acercamiento entre Riad y Teherán.
El papel de Irak
El primer ministro iraquí, Mustafa al-Kazemi, ha sido el intermediario de las conversaciones entre autoridades de los dos países. “Ambos necesitan varias rondas para romper el hielo y generar confianza entre ellos”, informó un alto funcionario iraquí al medio Middle Este Eye. Asimismo, este funcionario ha calificado las negociaciones iniciales como “prometedoras”, asegurando que el que diálogo continúa bajo la organización de Irak, que “desempeñará un papel positivo en la región”. “Ambas partes tienen un fuerte deseo de resolver sus disputas”, añadió el funcionario.
Estados Unidos sigue considerando a Irán como “la principal amenaza”
Arabia Saudí es, junto con Israel, el principal aliado de Washington en la zona. No obstante, las relaciones entre los dos países se han enfriado debido a las críticas de Joe Biden al Reino. El Gobierno estadounidense publicó un informe sobre el periodista Jamal Khashoggi, el que exponía al príncipe heredero MBS como propulsor de su asesinato. No obstante, Washington no impuso sanciones Riad. Estados Unidos también suspendió la venta de armas a Arabia Saudí con el fin de retirar su intervención en Yemen.
Riad, consciente del nuevo rumbo impuesto desde la Casa Blanca, ha cambiado su comportamiento. Con la llegada del nuevo presidente estadounidense, se liberó a varios prisioneros y puso fin al bloqueo con Qatar. La semana pasada, el rey saudí invitó al emir de Doha. Arabia Saudí ha tenido que adaptarse al nuevo presidente demócrata y a sus objetivos de impulsar los derechos humanos. Sin embargo, durante la Administración de Trump, los dos países afianzaron sus lazos.
Washington todavía no se ha pronunciado acerca de este proceso de aproximación entre Arabia Saudí e Irán. No obstante, la Administración estadounidense ha elaborado su informe anual de inteligencia, conocido como Evaluación Anual de Amenazas, en la que clasifica a Irán como “la principal amenaza”. Una amenaza no solo para Estados Unidos, sino también para sus aliados en Oriente Medio, como Arabia Saudí.
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